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Duelo SkyWatcher

El sábado 16 de mayo organizamos una salida de observación que aunque empezó bastante mal, con dos horas de retraso, acabó como hace años que no lo hacía: disfrutando hasta el último momento y sin momentos de aburrimiento ni sueño como en las que he intentado hacer de manera seria en los últimos tiempos. Quiero agradecer la presencia y comprensión de los asistentes. Isra, Felipe, Salva, Rafa, Nicolás, Javier y un compañero suyo de trabajo.

El lugar de observación fue el Centro de visitantes El Berrocal (Almadén de la Plata), en el que nos reunimos algunos de la vieja guardia y compañeros más recientes.

A pesar de todo, no tenía un plan de observación, con lo que decidí hacer un mano a mano con Salva e Isra (Lightbridge 12) vs ED80 Pro. Luego veréis el motivo.

Copio lo siguiente de lo escrito por Isra (en cursiva) y anotaré mis impresiones con la apertura modesta 😀

Empezamos la observación a las 20:30 UT con un Venus espectacular en el lightbridge de 10″ de Javier. Con un brillo que casi te hacía daño, creí ver una zona más azulada en el terminador que en el limbo del planeta, pero era realmente complicado de observar. En mi telescopio no hay mucho más que remarcar. Menor brillo pero se seguía apreciando correctamente la fase del planeta, aunque con un color más cálido. Suelo observar planetas con mi Radian 6, que tiene esta particularidad (personalmente me gusta). Tras la observación de Venus pasé a Júpiter, puesto que aún faltaba un rato para el crepúsculo astronómico. A falta de tamaño, el conjunto ED80Pro + Radian 6 hace un buen trabajo en planetaria mostrando una imagen nítida y definida. Sin embargo… no me llama la atención. Aunque es espectacular ver un planeta siendo consciente de lo que realmente estás viendo, no conseguí que me emocionara. Me gusta pero poco más.

Cómo era un poco temprano para empezar con los objetos de la lista «1001 maravillas celestes a observar antes de morir», propuse que buscásemos los asterismos Jaws (las mandíbulas), Stargate (La puerta estelar) cercano a M104. Los tres objetos son fácilmente localizables incluso en el buscador y desde las 21:00 UT hasta las 21:45 UT estuvimos bien entretenidos con ellos. La excusa de esta lista me sirvió para poder hacer una noche productiva y forzar mis oxidadas habilidades de observador. Ambos asterismos era fáciles de distinguir, siendo las mandíbulas para mi más la forma de un tiburón martillo. El otro asterismo presentaba un triángulo circunscrito dentro de otro, teniendo las componentes magnitudes entre la 6 y la 9. En el triángulo interior entendí que no veían la componente más débil, pero en el refractor lo veía sin problemas, una preciosa estrella dorada-anaranjada de magnitud 10.

Por último pasamos a M104. Esto ya es harina de otro costal. IMPRESIONANTE. La banda de polvo se destacaba sorprendentemente bien a pocos aumentos, y cuando pusimos en el 12″ el ocular de 8.8mm de Salva que nos proporcionaba casi 1.6mm de pupila de salida (la extracción ideal para ver galaxias puesto que oscurece el fondo contrastando el objeto y no roba mucho brillo a la galaxia) y 170x aumentos alucinamos. No solamente se veía espectacular el bulbo, el núcleo puntual dentro del mismo, los brazos más extensos sino que se detallaba claramente, casi sin usar la visión lateral la zona de la galaxia que aparece debajo de la banda de polvo. Buen comienzo.
En este caso al no tener un ocular decente que me acercara a las milagrosa pupila de 1,6mm (12mm), estuve observando con el radian, perdiendo contraste. Isra me cedió en varias ocasiones el Ethos 10, que aunque me daba una pupila algo menor de la ideal realzaba más el contraste. En este caso sí se observaba, dentro de las limitaciones, una preciosa galaxia en la que el núcleo resaltaba con un corte en su brillo más acentuado por un lado que por otro, aunque me costaba ver la parte al otro lado de la banda de polvo. En el LB12, era otra historia. Diferenciaba bastante bien el salto de brillo producido por la banda de polvo y las zonas extremas de la galaxia.

Aprovechando que estábamos por la zona buscamos Las Antenas deberían rondar las 22:00 UT más o menos. De nuevo el 8.8mm daba la mejor imagen, mostrando un par de núcleos de galaxias que se están «devorando» o «fusionando», y el puente que las une. Uno de los núcleos nos pareció más brillante a todos y la forma particular de U que se ve en tantas imágenes era más que evidente. No tuve suerte con este objeto. No logré encontrarlo a pesar de que la componente más brillante es accesible… pero creo que jugó en mi contra un problema que tuve toda la noche: el buscador y las gafas. Me resultó terriblemente incómodo buscar con las gafas puestas y no llegaba a atinar mucho. Tocará regresar a las lentillas. En el LB había consenso en lo observado.

Como no pude observar las antenas, me refugié en Leo y salté al famoso triplete. ¿Por qué? Porque hace mucho, mucho tiempo vi una foto en la que encima de M65 y M66 (los ojos) había dos galaxias (las cejas). Buscando ahora no he encontrado ninguna referencia a esas galaxias… Bueno, el triplete bien, como de costumbre XD.

Abandonamos la constelación de El Cuervo, para pasar a Virgo y alucinar con las galaxias que nos esperaban. El objetivo era ARP 116 (formado por M60 y NGC 4647), pero por el camino nos encontramos algunas sorpresas.

Utilizando el método de salto de estrellas, empezamos desde una estrella brillante de Virgo, Vindemiatrix (epsilon de Virgo) y moviéndonos en AR encontramos uno de las primeras sorpresa de la noche NGC 4762 y NGC 4754. La primera, NGC 4762, llamaba muchísimo la atención porque parecía una galaxia de canto muy brillante y con un brillo uniforme, destacando el núcleo muy puntual. Está situada en una línea de 45º en sentido contrario a las agujas del reloj. NGC 4754 sin embargo aparecía como una galaxia en espiral de frente con un núcleo puntual, más pequeña que la anterior pero también bastante brillante.

Aquí me pasó al revés. Apunté a la estrella Ro Vir para buscar M60 y de paso todas las galaxias al alcance del pequeño y me perdí. No sabía qué galaxias estaba observando (nota: no tengo atlas, lo he perdido), sólo veía manchitas blancas entre estrellas y negrura. Me movía y no paraban de aparecer a un lado y otro, así que antes de seguir observando paré y localicé Epsilo Vir y seguí el plan. La primera sorpresa fue, efectivamente, NGC 4754 y su compañera 4562. En la primera no distinguía claramente más que un disco nebuloso y una zona central algo más brillante, mientras que su compañera era una raya difusa entre dos estrellas, quedando un conjunto muy armonioso. Después de disfrutar de estas dos galaxias, localizamos rápidamente M60, pues estaba al doble de distancia de Vindemiatrix en línea recta que las dos anteriores. En conjunto con NGC 4647 veía una nebulosidad extraña, como si más que una eclipse fuera un huso o una estrella borrosa con un borrón al lado.

Saltando de galaxia en galaxia pasamos a M58 y M59. y posteriormente a los M más brillantes de la zona. Aunque en la lista del LB12 están NGC 4667 (realmente NGC 4638), NGC 4606, NGC 4607, NGC 5746, NGC 5719, NGC 5713, NGC 5792 y algunas más, no pude ver mucho o nada (más bien), puesto que entre la 1 y las 3 hubo una caída del seeing según meteoblue de 4 a 2 (y acertó aunque algo desplazado). Cuando mejoró, sobre las 3 y poco, la bola de luz de Sevilla  (casi casi en el S) bajó también de intensidad, con lo que la calidad de la noche subió bastante. Por suerte paré un rato a descansar y picar algo, porque el cielo no daba mucho. No pude ver ni el Velo, que ya estaba subiendo al E…

Más o menos por esa hora saltamos a NGC 5634, cúmulo globular en la frontera de Virgo con Libra. En el 80mm apreciaba una tenue mancha compacta que no podía diferenciar de una galaxia. En el LB se apreciaba algo mejor. Este cúmulo que ronda la 9ª magnitud está bastante lejos de nuestro Sistema Solar, al otro lado de la galaxia.

En este punto me desvié de la observación que mantenían Salva e Isra (ya desde hacía una hora o más estábamos los 3 solos en el campo) para ver M51-NGC 5195 y M63, ambas en Canes Venatici. Otras dos muy machacadas, pero las condiciones eran ideales para intentar ver algo más que las galaxias. Y aquí tuve el premio de la noche (pensaba que era disfrutar de parte del cúmulo de Virgo con 80mm): ESTRUCTURAS. Sí, por primera vez vi claramente estructuras en ambas galaxias. En el primer par, diferenciaba claramente las dos galaxias. En M51 diferenciaba perfectamente la espiralidad de la misma, casi se me saltan las lágrimas, mientras que en la 5195 se diferenciaba el centro de la misma y una zona contrastada correspondiente al lado opuesto de donde parte el brazo de materia que permanece hacia la galaxia mayor. En M63 la situación era muy parecida. Ante mis ojos apareció una galaxia muy grande, con un núcleo brillante y regiones mostrando espiralidad, realmente veía como grumitos siguiendo el patrón de brazos. No cabía en mi de gozo, y ya por eso mereció la pena el cansancio posterior.

Acabando la noche, observamos algunos objetos más. En primer lugar NGC 4565, la galaxia de la aguja. Esta galaxia lucía magnífica en el LB, apreciándose perfectamente la franja oscura que corta casi por la mitad a esta galaxia que vemos casi casi de perfil. En el ED80 la cosa no quedaba mucho mejor, apreciándose la galaxia y una tenue línea que por el centro oscurecía el núcleo a un lado.

Posteriormente pasamos a algunas dobles. Izar (Epsilon Bootes), de separación 2″ y algo, no pude verla en el ED80, pero sí (mal) en el LB. Salva dijo que le metiéramos caña, así que con un ocular de 4mm apuntamos de nuevo y sí, se veía la estrella. De hecho, debido a la ventaja de las pequeñas aperturas frente a las turbulencias atmosféricas, esta se veía mejor :). El último objeto que intenté con mi telescopio fue 44 Boo, que no pude llegar a resolver. Creo que en el LB tampoco se pudo.

Siendo ya las 4 bien largas recogí, y me quedé observando con Salva e Isra hasta poco después, sobre las 5 de la mañana. Quedaba poco para que empezara el crepúsculo y partimos a casa. Poco después el cielo empezó a clarear y con las primeras luces llegamos a la carretera asfaltada y cada cual a su nido.

A pesar del sueño y la lucha por seguir despierto, llegamos todos bien a casa y a dormir un rato, sin dejar de pensar en la noche que hacía años que no disfrutaba.